Por Arzobispo Gregory M. Aymond
Clarion Herald – 1/27/18
Celebraremos la Semana de las Escuelas Católicas en el 2018, desde el 28 de enero hasta el 3 de febrero, lo que siempre nos recuerda las grandes bendiciones que las escuelas Católicas brindan a la comunidad cívica, así como los grandes desafíos que enfrentan nuestras escuelas. ¿La accesibilidad, sigue siendo un gran desafío?
Ciertamente lo es, y eso es algo que me causa un gran dolor. Sé que hay familias que desean una educación Católica para sus hijos, y también, niños que desean educación Católica, pero debido a las finanzas, no pueden asistir a nuestras escuelas. Nosotros como arquidiócesis, y muchas escuelas primarias y secundarias Católicas, podemos ofrecer asistencia con la matrícula cada año, pero no contamos con la asistencia financiera suficiente para satisfacer la demanda. El programa de becas del estado ayuda a aproximadamente 3,000 niños a asistir a nuestras escuelas, pero todavía hay un buen número de personas para quienes no hay suficiente asistencia financiera. Esto es algo que me duele mucho. Decimos como obispos, que todos deberían tener acceso a la educación Católica, pero la realidad es que, la educación Católica es para quienes obtienen una beca, o para quienes pueden pagarla. Pienso y rezo sobre esto a menudo, y me gustaría tener la respuesta.
¿Es esto un problema en todo el país?
Es un desafío en todo Estados Unidos. Solo conozco una diócesis que puede apoyar completamente a las escuelas Católicas a través de un programa agresivo de administración en sus parroquias. Aparte de eso, todos estamos luchando con este problema. Esto ha significado que, la cantidad de estudiantes que asisten a las escuelas Católicas cada año, ha disminuido. La disminución es menor este año que en años anteriores, pero cada año hay una disminución.
¿Son las finanzas la razón principal?
Sí. Piénsalo. Si un padre tiene incluso dos hijos en la escuela primaria Católica, probablemente no pagará menos de $10,000. Y si considera la matrícula de la escuela secundaria y otras tarifas, a veces las familias se enfrentan al pago de $ 20,000 a $30,000 al año, o más en la matrícula de la escuela Católica. Realmente, admiro a aquellos padres que hacen increíbles sacrificios para enviar a sus hijos a la escuela Católica. Son los héroes anónimos de las escuelas Católicas. Quieren compartir su fe Católica con sus hijos. A veces, tienen que trabajar dos o tres trabajos para pagar la matrícula. La Semana de las Escuelas Católicas, también nos da la oportunidad de agradecer a los presidentes, directores, administradores, profesores y personal de las escuelas Católicas, porque hacen que nuestras escuelas sean lo que son: semilleros de fe. Tenemos facultades muy dedicadas en toda la arquidiócesis. Las escuelas hacen lo mejor que pueden, para pagar un salario justo a nuestros maestros, pero todos sabemos que el salario no es igual a lo que los maestros podrían ganar en el sistema escolar público. Nuestros maestros y administradores están haciendo un gran sacrificio. Ven su trabajo no como un trabajo, sino como una vocación. Todos los que enseñan en una escuela Católica son una parte vital del ministerio de enseñanza de la Iglesia.
¿Cómo ha funcionado el plan estratégico arquidiocesano para las escuelas?
Depende de a quién le preguntes. Si le pregunta a algunos pastores y directores, que solían tener octavo grado en la escuela primaria, a ellos extrañan el octavo grado. Las escuelas secundarias están felices de tener el octavo grado. Algunas escuelas tuvieron que expandir sus niveles de grado debido al plan estratégico. Algunas parroquias sienten que no les ha afectado mucho; otros sienten que sí. Estábamos en una posición difícil, y creo que hicimos lo que teníamos que hacer. Hicimos lo que los expertos sugirieron, y adaptaron el plan a nuestra propia situación. No hay un plan que hubiera sido perfecto para todos.
¿Qué es lo último que se sabe con respecto al apoyo estatal, para las escuelas Católicas?
Sabemos que nuestros padres se enfrentan a una injusticia. Pagan impuestos que van a apoyar a las escuelas públicas, y también pagan la matrícula. El estado, ha intentado mantener el dinero que nos han dado para los servicios requeridos y el programa de becas, pero estos programas se someten a evaluación cada año, y corremos el riesgo de perder ese dinero. Es por eso que es importante vigilar lo que la Legislatura hace cada año, porque podría tener un gran impacto en nuestras escuelas y sus finanzas. Los padres pueden mantenerse al tanto de la información más reciente sobre el presupuesto del estado, en lo que respecta a las escuelas Católicas yendo a:
laccb.org (el sitio web de la Conferencia de Obispos Católicos de Luisiana). Rob Tasman, el director ejecutivo de la LCCB, hace un excelente trabajo en Baton Rouge abogando por nuestras escuelas Católicas en todo el estado. Les pido a todos que ofrezcan una oración de acción de gracias esta semana, por todas nuestras escuelas Católicas. Son bendiciones, no solo para nosotros como Católicos, sino también, para la comunidad en general.
Las preguntas para el Arzobispo Aymond pueden enviarse a: [email protected]